Jacqueline Delmont, la doctora venezolana que atiende a la población más necesitada de Nueva York

La venezolana Jacqueline Delmont es fundadora, presidenta y directora ejecutiva de Delmont Medical Care y Delmont Healthcare Consultants, en Nueva York. Nació en La Guaira y tiene 30 años abriéndose camino en Estados Unidos. Hoy es una conocida médico que comenzó su carrera atendiendo a «los pacientes que más la necesitan».

La institución médica que dirige brinda atención ambulatoria eficiente y de alta calidad a unas 25.000 personas en Long Island y Queens, en el condado de Nueva York, que no cuentan con asistencia.

Sobre el proceso de migración, Delmont señaló que en su caso no “fue complicado ya que tenía visa de residente desde pequeña, a través de mi papá quien emigró de Haití durante la dictadura. Yo estudié medicina en la Escuela Vargas de la Universidad Central y luego hice mi postgrado también en el Hospital Vargas”.

En cuanto a la posibilidad de ejercer su carrera en Estados Unidos, dijo que tuvo que realizar “la revalida de mi licencia médica, lo cual fue laborioso, además de tomar tres exámenes de ciencias básicas y clínicas, llamados coloquialmente ‘los steps’. Luego tuve que repetir mi entrenamiento en Medicina Interna, en el Hospital Bronx Lebanon de Nueva York”.

Agregó que “al igual que los estudios en Venezuela, son programas exigentes, que requieren de muchas horas asistenciales y de estudio, aclimatarse a procesos completamente diferentes a la manera como se ejerce en Venezuela”.

En cuanto a la oportunidad de crear su propia clínica en Estados Unidos, destacó que, en el año 1999, “cuando culminé mi revalida en el Hospital Bronx Lebanon, trabajé empleada un año para un grupo médico y me di cuenta de que quería tener más influencia en la forma como yo pensaba que se debe proveer la atención médica”.

Aprovechando el flujo de familias latinas en Long Island que requerían médicos de habla hispana y “que eran escasos en ese momento, una doctora ginecóloga cubana, mi mentora, la doctora Perla Tate, me ayudó al subarrendarme un espacio pequeño dentro de su oficina. A partir de allí comenzó a aumentar el volumen de pacientes que llegaban referidos por otros pacientes. En menos de un año me mudé a una oficina propia”.

Su clínica en este momento cuenta con tres consultorios, 12 médicos primarios, cardiología, gastroenterología y pediatría. “Además, creamos una oficina de gestión operativa en Caracas, llamada Access Salud, desde donde se realiza la mayoría de las actividades administrativas de los consultorios tales, como call center, cobranzas, mercadeo, recordatorios de visitas y apoyo a los pacientes”.

«El migrante venezolano es valorado por su formación»

Delmont le da “gracias a todas las personas que me han apoyado, mi familia, amigos y profesores. Ha sido un proceso largo, tenaz, de estudio, trabajo y perseverancia. Es difícil ver esta inmigración reciente, justificada por las necesidades imperiosas que tienen todos aquellos que se aventuran, aún con la posibilidad de perder la vida en la búsqueda de una mejoría para ellos y los suyos”.

“Desafortunadamente, la historia de los inmigrantes se repite en que los grupos migratorios nuevos son etiquetados injustamente por el mal comportamiento de unos pocos. Pero la verdad es que el inmigrante venezolano es valorado significativamente por su formación, gentilicio y capacidad de emprendimiento”.

Sobre el papel de la mujer en la sociedad, siendo ella un referente de emprendimiento fuera de las fronteras de su país natal, explicó que “la dificultad viene de la carencia de puntos de referencias, guías para navegar el complejo sistema legal y financiero en un país ajeno. Sin embargo, siempre supe que debía rodearme de buenos consejeros, mi abogado y mi contador, evitar cortar caminos y siempre cumplir con los requerimientos de la ley”.

Para finalizar, Delmont envió un mensaje a aquellos venezolanos que quieren arriesgarse a crear sus propias empresas o emprendimientos fuera de Venezuela, pero el temor al fracaso los detiene.

“Que se informen, que se eduquen apoyándose en un buen abogado y contador que les ayude a entender las estructuras legales en los Estados Unidos y a entender el mercado, modelo económico y las proyecciones financieras alrededor del negocio en el cual quieran embarcar. Al principio, cuando no se tienen recursos, la tendencia natural es en ahorrarse el dinero, utilizando personas que quizás no tengan las competencias necesarias y por ello se incurren en errores importantes”.

 

Vía: hispanopost

 

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