A diario podemos enterarnos de unos cuantos accidentes viales en dónde las motos y los motorizados son protagonistas. Quizás si se publicarán estadísticas confiables tendríamos la precisión de la magnitud del problema que se genera como consecuencia del uso inconsciente de las motos como vehículos para el transporte público, aquí aún no incluimos al uso para «nuevos deportes extremos populares».
Un accidente vial genera costos humanos, económicos, emocionales y sociales. Cuando un motorizado conduce la moto sin conciencia de la responsabilidad que ello implica, pensando qué vía pública, incluidas las aceras, son un patio de juegos, pone en riesgo la vida propia, la de otras personas e incluso activos públicos y privados. Cuantificar el costo de un accidente es difícil, pero de seguro los números son mucho más grandes de lo que podemos imaginar.
Solo imaginen: una ambulancia que va a trasladar a una mujer en trabajo de parto y de repente se va porque debe atender una emergencia mayor en un accidente vial con moto involucrada, cuántos heridos o fallecidos podemos tener al sacar las cuentas. Horas hombre en auxilio vial, socorristas, policías, médicos, forenses, que suman y suman para dar un total que es irrecuperable en cuanto a vidas y sueños que se desvanecen.
El problema no es la moto, el problema es la cultura en el uso y conducción de las motos.
La licencia de 2do Grado debe tener quizás más exigencia que cualquier otra, porque si sacamos cuenta son las principales protagonistas de las emergencias viales y las salas de urgencias en los hospitales.
Con control y educación vial todos podemos estar más seguros.
«Odracir & Ailefo»