Venezuela: una economía «acaramelada» en el siglo XXI

Cuando se trata de estudios sobre economías nacionales, Venezuela resulta un caso de estudio por demás interesante

La dinámica de la economía venezolana durante lo que va del siglo XXI ha demostrado algunos matices particulares: la inflación a niveles espaciales, varias reconversiones monetarias, uso de monedas vecinas en estados fronterizos y así se ha dado paso a nuevos protagonistas en el cono monetario: «los caramelos como moneda de baja denominación».

Ciertamente en una economía «normal», el cono monetario cumple con especies suficientes en denominación y cantidad para atender las operaciones de la actividad comercial, en especial las compras que realiza la población en el día a día.

Desde hace un tiempo la escasez de especies de baja denominación en el cono monetario venezolano sumado a la resistencia a la aceptación de estás monedas y/o billetes, incluso en el sector bancario, ha generado el surgimiento de «los caramelos» como solución para el cambio o vuelto en los establecimientos comerciales y la economía informal.

Está solución implica para el cliente una compra impuesta para no dejar de percibir su cambio o vuelto. Algo que en una vista simple y puntual no dice nada, pero al sumar y totalizar el hecho en la economía nacional vemos la cara de felicidad en los fabricantes y distribuidores de caramelos: diariamente millones de bolívares circulan como caramelos-moneda en la economía.

Seguimos siendo un ecosistema económico que lucha entre lo moderno con las tecnologías digitales y lo antiguo con formas de trueque como solución al intercambio comercial. Quizás seamos la excepción que rompe las leyes de la dialéctica y aquí lo viejo no deja espacio para que surja de una vez por todas lo nuevo.

El mundo sigue girando y nosotros estacionados por allí viéndolo girar.

 

» Odracir & Ailefo»

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