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Cada 27 y 28 de diciembre, el pueblo de Caucagua, en el municipio Acevedo del estado Miranda, se llena de música, colores y tradiciones con la celebración de los Bandos y Parrandas de los Santos Inocentes de Caucagua, festividad que data de hace más de 200 años y que representa una mezcla de las raíces africanas, indígenas y europeas, convirtiéndose en símbolo de identidad, resistencia y unión.
Al ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, el 6 de diciembre de 2023, la parranda no solo celebra un legado, sino que también promueve la preservación de las buenas prácticas culturales que han definido a las comunidades mirandinas a lo largo de los siglos.
Origen de la festividad
La Parranda de los Santos Inocentes tiene sus raíces en la época colonial, cuando los españoles concedían un día libre a los esclavizados. Este día se convertía en una oportunidad para celebrar y evocar la emancipación.
El presidente de la Casa de los Santos Inocentes, José Ángel Ramírez, explicó que los cimarrones de la época, se burlaban de sus capataces y se vestían con ropas que imitaban a los hacendados, creando un ambiente festivo lleno de cantos y comida.
Recordó que esta celebración coincide con la historia católica de Herodes, quien ordenó la muerte de los inocentes. Así, la parranda no solo es una fiesta, sino también un rechazo a la injusticia y un símbolo de la lucha por la libertad.
Personajes y roles en la parranda
Entre los personajes que integran la parranda se encuentran figuras como El Bolero, La Jefa de Parranda y El Comandante de Policía. “Lo notable es que el liderazgo está conformado en un 95% por mujeres, quienes asumen roles de autoridad como una forma de rebelión contra las injusticias históricas”, enfatizó Ramírez.
El desfile y la música
Cada 28 de diciembre, las parrandas recorren las calles de Caucagua. con trajes coloridos y rostros pintados, los participantes entonan cantos mientras el sonido de trompetas y tambores resuena en el aire. Las parrandas principales que son de Pantoja y La Línea, desfilan cada una por las comunidades, creando un ambiente de alegría.
“Este desfile no solo es un espectáculo visual; es un encuentro simbólico que une a la comunidad y reafirma su identidad cultural. A medida que avanza el día, el pueblo se llena de vida y energía, destacando la importancia de esta tradición en la vida cotidiana de los habitantes de Caucagua”, agregó.
Encuentro fraterno
Uno de los momentos más esperados de la celebración es el encuentro de las dos parrandas, que simboliza la unión y el respeto entre las comunidades. Desde el campanario de la iglesia, se puede observar este encuentro como un acto de hermandad, donde la música y el baile se entrelazan en una celebración de paz y alegría.
Ramírez recordó que este instante, es testimonio del trabajo que han realizado los habitantes de Caucagua para preservar su herencia cultural, permitiendo que las nuevas generaciones conozcan y valoren sus tradiciones.
La alegría y la diversidad de esta festividad son un recordatorio de la fuerza de la cultura afrovenezolana en el paisaje social de Venezuela.
Prensa Miranda
