Por Shirley Rocca
Un tercio de los empleados considera que tiene estrés por una carga de trabajo excesiva. ¿Es tu caso? Descubre si sufres este nuevo trastorno laboral.
Seguro que muchas veces te has sentido agotado física y mentalmente por una carga de trabajo excesiva, ¿verdad? Lamentablemente en el siglo XXI es algo más que común. La precariedad del trabajo y los sueldos (a menudo estancados o muy alejados del avance de los precios) no ayudan, pero las causas del agotamiento van mucho más allá.
¿Cuándo se convierte en preocupante?
Retrocedamos a la mitología griega un momento, para entender lo que nos pasa. ¿Te acuerdas de Sísifo? Era aquel rey condenado en el inframundo a realizar para toda la eternidad una tarea inútil, repetitiva y agotadora. El llamado ‘mito de Sísifo’ se presenta como una metáfora del esfuerzo inútil. Basándose en esta historia se ha creado el término ‘sisifemia laboral’, que describe la situación de muchos empleados que se encuentran atrapados «en trabajos, donde realizan tareas monótonas sin ninguna gratificación o sentido de logro».
Esta rutina constante puede llegar a generar en el trabajador un sentimiento de estancamiento que tiene consecuencias en su bienestar físico y emocional. Se relaciona, principalmente, con la falta de variedad en las tareas laborales, de reconocimiento o recompensa por el trabajo realizado y de oportunidades de desarrollo profesional en un empleo. No hablamos del síndrome del ‘burnout’ o trabajador quemado, sino que va más allá.
«Cumplir con las exigencias y las expectativas laborales puede llegar a provocar un agotamiento físico y mental para aquellos que dedican demasiada energía y tiempo para poder ‘estar a la altura’. La sisifemia o el ‘cansancio del trabajador incansable’ es un trastorno cada vez más común entre aquellas personas con altos niveles de exigencia y perfeccionismo, y que puede llegar a afectar a la salud, rendimiento y motivación de los empleados».
Los expertos de la aseguradora afirman que el trastorno suele aparecer cuando el trabajador se plantea objetivos inalcanzables, los cuales se suman a una elevada carga de trabajo, y termina derivando en un sentimiento de que las tareas son eternas pese a dedicarle el máximo rendimiento. En este escenario, alargar la jornada laboral y, consecuentemente, acumular horas extra, parece la única solución. Pero hay que tener en cuenta que «si esta dinámica se prolonga en el tiempo, puede derivar en cuadros de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, sensación de angustia, obsesión por el trabajo o aislamiento social, entre otras».
Consejos para combatir la sisifemia laboral
Teniendo en cuenta que en muchos empleos el trabajador no puede elegir las tareas que debe realizar en su puesto, ni renunciar a hacer horas extras, aunque lo desee, parece difícil combatir la sisifemia. Sin embargo, el mito de Sísifo nos enseña que estamos condenados a llevar una carga inútil, también nos muestra que podemos encontrar significado y propósito a pesar de las dificultades. Si no quieres que esta sensación termine afectando a tu rendimiento laboral, hay varias cosas que puedes hacer:
En primer lugar, es importante «encontrar satisfacción en el proceso y valorar los pequeños logros y aprendizajes en el camino», en lugar de centrarse únicamente en el resultado final. Asimismo, es fundamental que el trabajador busque una manera de romper su rutina para descubrir nuevas oportunidades que le permitan encontrar un significado a lo que hace. Y, no menos importante, aprender a valorar el esfuerzo propio y romper la monotonía. «El camino hacia nuestra meta puede ser tan gratificante como llegar a ella».
Además, las empresas pueden hacer mucho con el objetivo de que sus trabajadores no tengan que lidiar contra este agotamiento físico y mental. Es necesario contar con una «cultura organizacional preventiva», es decir, un entorno laboral que promueva la salud física y mental de los trabajadores, lo que contribuye a crear una cultura empresarial positiva. También definir expectativas de trabajo realistas para evitar el estrés y la presión innecesarios y seguir la regla de las tres ‘r’: reconocimiento, recompensa y retroalimentación. «Reconocer el trabajo duro y los logros de los empleados es esencial para mantener su motivación y compromiso con la empresa», apuntan los expertos de la aseguradora. Y, para terminar, favorecer la autonomía de los empleados y la flexibilidad en cuanto a los horarios, la planificación y el lugar de trabajo. En este sentido, apuntan que una buena idea sería ofrecer rotación de tareas a los empleados que participen en el mismo proyecto para evitar la monotonía.
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